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(Este artículo hace parte de una serie de reflexiones que invitan a cuestionarnos como personas, como sociedad y como comunidad nudista. Estas son opiniones personales y no deben interpretarse como ataques o verdades absolutas, sino como puertas abiertas para debatir, pensar y mirar con otros ojos lo que damos por hecho.)
¿Eres realmente libre o simplemente haces lo que te dijeron que debías hacer?
Vivimos en una época en la que repetimos con orgullo: "Somos libres." Podemos comprar lo que queramos, vestir como nos guste, creer en lo que elijamos, vivir como decidamos y hasta pelear por nuestras propias causas. Pero… ¿qué tan cierto es todo esto? ¿Hasta qué punto esas decisiones que tomamos todos los días son realmente nuestras y no el resultado de una programación cultural, social y económica que llevamos arrastrando desde hace siglos?
El espejismo de la libertad está más presente de lo que creemos, y muchas veces vivimos creyendo que somos libres, pero actuamos exactamente como se espera de nosotros.
El Espejismo de la Libertad
Nos enseñaron que libertad es elegir entre Pepsi y Coca-Cola. Entre Samsung o iPhone. Entre votar por el candidato A o el candidato B. Pero nos dejaron fuera la posibilidad de cuestionar si realmente queremos consumir esas cosas, si queremos vivir bajo este sistema, o si las opciones que nos presentan son tan libres como parecen.
Las libertades que nos vendieron vienen con límites claros: se puede, pero solo si es así. Puedes vivir como quieras, pero solo si no incomodas a nadie. Puedes amar a quien quieras, pero solo si se ve "normal". Puedes vestir como quieras, pero dentro de lo que está de moda.
¿No es curioso que seamos "libres", pero la sociedad te juzgue si te sales del molde?
La Religión, la Familia y la Escuela: Los Programadores Sociales
Muchos de nosotros nunca escogimos nuestras creencias. Nos bautizaron, nos enseñaron que existe un dios, que existe un cielo, un infierno, que la vida es buena si seguimos las normas de nuestra religión. No nos preguntaron si queríamos creer. Y muchos aún no se lo han preguntado a sí mismos.
En la familia, heredamos frases, prejuicios, miedos y hasta pasiones futbolísticas. Nos enseñaron qué es bueno, qué es malo, qué da pena, qué se celebra. ¿Pero quién escribió esas reglas?
En la escuela nos enseñaron a memorizar, a obedecer, a respetar jerarquías, pero rara vez nos enseñaron a pensar por fuera de la caja, a cuestionar por qué las cosas son como son. Desde ahí, comenzamos a adaptarnos, no a cuestionar.
El Consumo como Forma de Control
El capitalismo nos convenció de que comprar es libertad. Pero lo que consumimos no siempre es elección, es programación. Nos dicen qué es bonito, qué es feo, qué carro da estatus, qué marca "nos representa", qué teléfono "nos hace importantes", qué celebraciones son obligatorias.
San Valentín, Halloween, Navidad. Todas estas fechas vienen con un combo completo de consumo: "si no lo compras, no estás participando". Lo mismo pasa con el fast fashion, los electrodomésticos de temporada, las tendencias de redes sociales.
Y lo aceptamos como si fuera lo más natural del mundo.
El Nudismo: ¿Un Acto de Libertad Real?
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Bodypaint en Asilo 2.1 |
El nudismo nos plantea un pequeño respiro frente a esta maquinaria: ¿y si te quitas todo? No solo la ropa. ¿Y si te quitas las marcas, las poses, los prejuicios?
El nudismo nos ayuda a cuestionar los símbolos: la ropa como estatus, el cuerpo como objeto, la piel como pecado. Nos permite vivir desde lo que somos, no desde lo que mostramos.
Pero ojo: también podemos caer en la trampa de convertir el nudismo en una burbuja elitista, donde nos sentimos "superiores" por vivir una práctica que no todo el mundo conoce o entiende.
Entonces… ¿practicas nudismo porque te hace sentir libre, o porque te hace sentir cómodo en un espacio donde todos piensan como tú?
La Libertad se Construye, No se Hereda
La verdadera libertad no es un regalo, es una tarea constante. Cuestionar lo que te enseñaron. Preguntarte si lo que haces te representa o te fue impuesto. Reconocer cuándo repites patrones sin darte cuenta.
Cada acto, por pequeño que sea, es político. Lo que eliges consumir, lo que decides no comprar, lo que compartes en redes, lo que defiendes, lo que callas.
Y sí, eso incluye también el nudismo.
Preguntas que incomodan, pero abren puertas:
-
¿Has cuestionado tus creencias religiosas alguna vez?
-
¿Por qué consumes lo que consumes? ¿Por costumbre? ¿Por moda? ¿Por necesidad?
-
¿Te defines por lo que te dijeron que eras o por lo que has descubierto por ti mismo?
-
¿Eres libre si te despojas de la ropa, pero te aferras a las mismas cadenas sociales y económicas?
El próximo artículo de esta serie abordará cómo podemos construir espacios reales de libertad, tanto en lo individual como en lo colectivo, y cómo el nudismo puede ser un puente para resignificar lo que es realmente vivir libres.
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Colombia
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