En los últimos años, la palabra woke ha pasado de ser un llamado a la conciencia social a convertirse en un término polarizante. Originalmente, nació en la comunidad afroamericana como una expresión para alertar sobre la injusticia racial y exigir que los derechos humanos fueran aplicados sin discriminación. Luego, el término se expandió a otras luchas, como los derechos LGBTQ+, el feminismo y la equidad de género. Y aquí surge la pregunta: ¡Notas un patrón?
En cada una de estas luchas, el denominador común ha sido el mismo: exigir que los derechos humanos sean respetados de manera igualitaria. No se trata de pedir privilegios, sino de nivelar el campo de juego para que todas las personas puedan vivir con dignidad y sin miedo a ser discriminadas por su color de piel, su identidad de género o su condición de mujer en una sociedad que aún arrastra profundas desigualdades.
El nudismo, por su parte, ha sido desde su origen un movimiento que promueve la inclusión y el respeto mutuo. Como hemos mencionado en el artículo "Nudismo y Política: Cada Elección en Nuestra Vida es una Declaración", la práctica del nudismo no es ajena a los debates sociales y políticos. De hecho, al tratarse de una filosofía que busca la aceptación del cuerpo humano en su forma más natural, el nudismo se ha convertido en un refugio para personas que han sido rechazadas en otros espacios por su apariencia, identidad o simplemente por atreverse a desafiar normas impuestas sin razón de ser.
Sin embargo, no faltan aquellos que, desde el prejuicio o la ignorancia, critican la forma en que los líderes y las comunidades nudistas establecen reglas para garantizar un espacio seguro y respetuoso. Algunos comentarios sugieren que promover eventos solo para mujeres es "misandria", o que el hecho de establecer normas contra el acoso implica una "segregación de género". Estas críticas pasan por alto una realidad fundamental: el nudismo no busca excluir, sino garantizar que todos se sientan seguros y cómodos en un entorno libre de prejuicios.
 |
| Reglas y Normas del 3 Festival Nudista Internacional - Cartagena 2025 |
Las comunidades nudistas siempre han estado abiertas al diálogo desde el respeto. Cuando alguien tiene dudas o cuestionamientos sobre nuestras prácticas, estamos dispuestos a responderlas con argumentos, sin imposiciones ni "evangelizaciones". Sin embargo, cuando las reacciones a nuestras normas y principios se expresan de manera agresiva o despectiva, el respeto sigue siendo nuestra respuesta, aunque a veces el tono pueda no ser "cómodo" para quienes están acostumbrados a imponer su visión sin escuchar a los demás.
El nudismo, al estar ligado al compartir social y al contacto con la naturaleza, implica aceptar y respetar la diversidad en todas sus expresiones. No se trata de imponer una ideología, sino de fomentar un espacio donde todas las personas sean valoradas sin importar su género, su orientación sexual o su apariencia física. Es una filosofía de vida que, lejos de "dividir", busca la unidad en la diversidad, siempre que se respeten los derechos de todos.
Si esto significa que el nudismo es woke, entonces lo aceptamos con orgullo. Porque si woke significa estar consciente de las desigualdades y trabajar por un mundo donde nadie sea rechazado por ser quien es, entonces el nudismo siempre ha sido y seguirá siendo un espacio para quienes buscan un mundo más libre, respetuoso e incluyente. Y si a algunos les incomoda, quizá sea momento de cuestionarse por qué.
Comentarios
Publicar un comentario