En la comunidad nudista estamos acostumbrados a debatir sobre tabúes, costumbres y lo que socialmente se considera “aceptable”. Hoy queremos hablar sin rodeos de un tema que casi nadie se atreve a cuestionar: el alcohol.
Sí, esa droga socialmente aplaudida, publicitada y celebrada como parte de la diversión.
Porque sí, el alcohol es una droga. Lo dice la ciencia, lo dice la OMS, lo sabe todo el mundo, pero preferimos mirar a otro lado mientras levantamos la copa. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el alcohol es responsable de más de 3 millones de muertes al año en el mundo. En Colombia, según el Observatorio de Drogas del Ministerio de Justicia, el alcohol es la sustancia psicoactiva más consumida y la que más muertes ha causado en la última década: más de 40.000. Y sin embargo, sigue siendo el protagonista de fiestas, reuniones familiares y cualquier celebración social.
Doble moral en cada trago
Lo curioso es que mientras se celebra el “traguito social”, muchas de esas mismas personas levantan el dedo para juzgar a quienes consumen otras sustancias. Se sienten superiores porque “lo suyo sí es legal”, sin detenerse a pensar que el alcohol, aunque permitido, tiene consecuencias devastadoras: enfermedades hepáticas, cardiovasculares, accidentes de tránsito, violencia intrafamiliar y una altísima carga social.
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En algunos eventos se permite el consumo moderado de bebidas alcoholicas |
Lo que se ignora, o se decide ignorar, es que el alcohol altera el juicio, genera dependencia y es un depresor del sistema nervioso central. Pero como lo consumimos desde siempre, nadie se escandaliza.
Mientras tanto, seguimos demonizando otras sustancias, incluso cuando la evidencia científica nos dice que muchas de ellas generan menos daño individual y colectivo que el alcohol. Este es el tipo de incoherencias que debemos empezar a cuestionar.
Una anécdota que nos hizo reflexionar
En uno de nuestros más recientes eventos nudistas, vivimos una situación que puso este debate sobre la mesa. Una pareja que consumió alcohol en exceso empezó a generar problemas: discusiones, groserías, desprecio hacia otros asistentes, reclamos por supuestos privilegios que “debían tener” por ser nudistas antiguos y hasta clasismo cuando compararon nuestros eventos con los de Europa.
El punto álgido fue cuando, ebrios, aseguraron haber grabado a un asistente que había consumido marihuana en el evento. Un hecho que, por supuesto, tampoco está permitido y que se controló de inmediato. Pero mientras el consumidor de marihuana aceptó la indicación y no generó más problemas, la pareja alcoholizada se convirtió en el foco de incomodidad de la noche.
El resultado: se les pidió que abandonaran el evento y se les vetó de futuras actividades organizadas por el Directorio Nudista Colombiano. No por el trago en sí, sino por su comportamiento irrespetuoso, grosero y dañino para la convivencia.
No se trata de defender lo indefendible
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Foto: @PeterCoulson |
Este artículo no busca normalizar el consumo de ninguna sustancia ni justificar actos que puedan poner en riesgo la tranquilidad de los eventos nudistas. Pero sí buscamos generar reflexión: ¿Por qué nos escandaliza tanto que alguien fume marihuana cuando cada fin de semana o en cada evento aceptamos y celebramos que nos emborrachemos socialmente?
¿Estamos realmente preocupados por la seguridad y el bienestar colectivo? ¿O solo replicamos lo que nos enseñaron sin cuestionarlo?
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha insistido en que es urgente abrir debates sin moralismos, donde entendamos que las políticas de reducción de daños deben aplicarse a todas las sustancias, sin criminalizar a unas y glorificar a otras.
La responsabilidad sigue siendo nuestra
En los eventos nudistas organizados por el Directorio Nudista Colombiano se permite el consumo moderado de alcohol bajo la premisa de la responsabilidad personal y colectiva. No es un consumo libre, ni se justifica perder el control ni afectar a los demás.
Lo que no vamos a permitir es que desde la comodidad de nuestras costumbres moralistas sigamos juzgando a quienes no consumen lo mismo que nosotros.
El problema no es el alcohol. El problema es el consumo irresponsable, es la hipocresía social que aplaude un tipo de consumo mientras sataniza otros, sin datos ni contexto.
Hablemos honestamente
Es momento de abrir debates más honestos, donde la salud, el respeto y la coherencia sean el centro de la conversación. Donde no repitamos prejuicios sin cuestionarlos. Donde no permitamos que una droga tan dañina como el alcohol pase como "socialmente aceptada" solo porque siempre ha estado ahí.
Como comunidad nudista, queremos invitarte a reflexionar:
¿Lo hemos pensado de verdad? ¿O solo repetimos lo que nos dijeron que estaba bien?
Todo lo que hacemos, hasta lo que decidimos beber, tiene un sentido político.
Referencias
-
OMS – Consumo de alcohol y sus consecuencias: WHO Alcohol Report
-
Ministerio de Justicia de Colombia – Observatorio de Drogas: Muertes asociadas al consumo de alcohol en Colombia
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Estudios sobre violencia intrafamiliar y alcohol en Colombia: Revista Javeriana.
Gracias por acompañarnos en esta reflexión. Nuestro objetivo es seguir construyendo un espacio de libertad y respeto. Si crees en lo que hacemos y en la importancia de compartir estas experiencias, te invitamos a ser parte de este proyecto.
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