Nudismo, Sexualidad y Sentido Común: No Somos Asexuales, Solo Somos Respetuosos

En redes sociales y foros recientes ha surgido un debate sobre la supuesta "desexualización forzada" de los espacios nudistas. Algunos incluso creen que ser nudista implica negar la sexualidad o vivir en un estado de represión emocional o física. Nada más lejos de la realidad. Por eso, hoy queremos explicar con claridad qué es lo que realmente se promueve en el nudismo, cómo entendemos la sexualidad y por qué es importante mantener límites claros para la seguridad y el bienestar de todos.


El mito del nudismo desexualizado

Desde fuera, muchos creen que estar desnudos entre otras personas debe implicar algún tipo de tensión sexual. Algunos incluso han confundido el nudismo con prácticas como el exhibicionismo o el intercambio de parejas. Pero la verdad es más sencilla: los espacios nudistas se construyen bajo acuerdos de respeto mutuo, donde la desnudez no representa una invitación ni una insinuación.

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¿Podemos desexualizar completamente el cuerpo humano? Quizás no. Pero sí podemos decidir cómo nos comportamos frente a él. Así como nadie espera una actitud sexual en un funeral o en una oficina, en un espacio nudista tampoco. Se trata de entender el contexto y saber actuar con madurez.


Nudismo no significa represión sexual

Quienes practicamos el nudismo no negamos la sexualidad. Tenemos deseos, relaciones, afectos y pasiones como cualquier ser humano. Lo que evitamos es llevar esos aspectos a los espacios nudistas, porque no son el lugar para expresarlos.

El nudismo social busca crear entornos donde todos puedan estar tranquilos con su cuerpo y el de los demás, sin juicios ni tensiones. No se trata de reprimir nada, sino de saber diferenciar cuándo y dónde es apropiado actuar desde el deseo.


El control no es represión, es madurez

La desnudez no es provocación, ni la piel es una excusa. Las reacciones fisiológicas pueden ocurrir —una erección, una mirada más larga de lo normal—, pero lo que define a una persona adulta es cómo responde a esas sensaciones.

La madurez emocional consiste en comprender que sentir no es lo mismo que actuar. En un entorno nudista, se espera que cada persona tenga la capacidad de manejar sus reacciones, de forma que no incomode ni invada el espacio del otro. El simple sentido común es la base.


Existen espacios para la exploración sexual —y no son eventos nudistas

El mundo ofrece muchas alternativas para quienes quieren explorar su sexualidad: encuentros swingers, eventos BDSM, fiestas tántricas, o incluso redes privadas para relaciones abiertas. Estas propuestas no son incompatibles con el nudismo, pero tienen otros objetivos y reglas.

Fotografía: @Bifoocal

Un evento nudista no es una extensión de esos espacios. No hay códigos implícitos, no hay zonas ocultas, no hay doble intención. Acudimos para estar cómodos con nuestros cuerpos, no para buscar encuentros sexuales. La diferencia es clara, y debe respetarse.

Consentimiento y seguridad para todos

Uno de los pilares más importantes del nudismo moderno es el compromiso con la seguridad y el respeto, especialmente para las mujeres y personas de identidades diversas.

Sabemos que vivimos en sociedades donde el acoso y la violencia están profundamente normalizados. Por eso, nuestros espacios son construidos con protocolos claros, filtros de acceso, normas de conducta y educación continua. No toleramos actitudes invasivas, miradas morbosas ni comentarios sugestivos.

La idea es que cualquier persona —sin importar su identidad de género o su orientación sexual— pueda sentirse protegida, respetada y libre. Si no es seguro para ellas, no es nudismo.


¿Qué pasa si alguien siente deseo? ¿Y si hay una erección?

El deseo es humano, natural e inevitable. Pero eso no justifica ningún tipo de acción que pueda incomodar a los demás. Si alguien tiene una reacción física involuntaria, lo esperado es que actúe con discreción: cubrirse con una toalla, sentarse, retirarse un momento o simplemente mantener la compostura hasta que pase.

No estamos en un zoológico ni en un entorno sexual. No somos animales en celo. El respeto por los demás empieza por el autocontrol.


La sexualidad humana no se reprime, se ubica

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El nudismo no es un movimiento de monjes ni de personas sin deseo. Es una comunidad de personas diversas que han entendido que el cuerpo no tiene por qué estar vinculado al morbo o la vergüenza.

Elegimos convivir sin ropa, sí, pero también sin presiones, sin miedos, y sin expectativas sexuales. No porque estemos negando el deseo, sino porque decidimos vivirlo en los espacios adecuados.

Desnudar el cuerpo es fácil. Desnudar el alma requiere respeto. Y eso es lo que realmente hacemos en el nudismo: aprender a vernos sin máscaras, sin disfraces y sin intenciones ocultas.

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