La hipocresía de Meta: Censura nudista, pero lucro con el porno

Meta, la empresa matriz de Facebook e Instagram, ha sido la reina de la doble moral durante años. En su cruzada puritana, ha censurado inagotablemente el contenido de activistas del cuerpo, artistas, comunidades nudistas y hasta museos que osan compartir imágenes de esculturas clásicas. Sin embargo, un reciente informe revela que la misma compañía que borra fotos de pezones por "violación de sus políticas" obtiene millones en ingresos publicitarios de empresas que promueven contenido pornográfico.

Imagen de ElDiario.ES

Es decir, para Meta, si compartes una imagen educativa o artística sobre el cuerpo humano, eres un infractor. Pero si eres una web de porno dispuesta a pagar por publicidad, entonces bienvenido seas.

Censura para algunos, negocio para otros

Meta ha eliminado cuentas de organizaciones nudistas enteras, ha baneado artículos sobre positividad corporal y ha cerrado perfiles de creadores de contenido cuyo único "delito" ha sido compartir imágenes de cuerpos desnudos sin connotación sexual. La excusa siempre es la misma: "proteger a la audiencia".

Imagen de IAForensics.org

Sin embargo, según la investigación publicada recientemente, la empresa ha permitido más de 26.000 anuncios de contenido sexual, promovidos por plataformas de pornografía, sin ninguna restricción aparente. Lo más indignante es que estas mismas plataformas han sido denunciadas repetidamente por alojar contenido ilegal y explotador.

Entonces, si publicas una imagen de un desnudo artístico, Meta te borra. Pero si pagas por promocionar videos sexuales, la empresa no sólo te deja estar, sino que te ayuda a llegar a millones de usuarios.

El problema no es la desnudez, es el dinero

Meta no tiene un problema con la desnudez per se. Su problema es con la desnudez que no puede monetizar. Si un usuario o una comunidad naturista comparten imágenes de eventos al aire libre, de familias disfrutando de una playa nudista o de modelos en sesiones de arte, se eliminan de inmediato por "contenido sensible". Pero cuando se trata de gigantes del entretenimiento adulto que ponen billetes sobre la mesa, sus reglas de "moralidad digital" desaparecen.

Este tipo de hipocresía digital no es nuevo. En 2022, la empresa fue criticada por restringir contenido de activistas feministas mientras permitía la circulación de anuncios misóginos y sexualmente agresivos. Pero ahora el problema va más allá. Ya no es solo una cuestión de "prudencia empresarial" o de "errores algorítmos", sino de una decisión deliberada de lucrar con aquello que dicen censurar.

El nudismo como resistencia

Foto: @Bifoocal

Las comunidades nudistas han enfrentado esta censura durante años y han aprendido a adaptarse. Algunos creadores han migrado a otras redes, otros han encontrado formas ingeniosas de sortear los filtros automáticos y muchos han optado por construir espacios propios fuera de las garras de Meta. Sin embargo, la lucha por la normalización del cuerpo humano sigue siendo cuesta arriba en un entorno digital controlado por hipócritas con traje de ejecutivos.

La pregunta es: ¿hasta cuándo? ¿Hasta cuándo permitiremos que empresas como Meta dicten qué cuerpos son aceptables y cuáles no?

Lo cierto es que, a menos que seamos nosotros quienes demos el primer paso para abandonar sus plataformas, ellos seguirán ganando dinero con su doble moral. Y si algo nos ha enseñado la historia, es que la resistencia empieza cuando nos atrevemos a desafiar lo establecido.

Así que, si realmente queremos un cambio, es momento de tomar decisiones. Meta seguirá censurando nuestra presencia mientras se enriquece con aquello que dice prohibir. Pero nosotros tenemos el poder de desafiar esa hipocresía, crear nuestros propios espacios y reivindicar el derecho a existir, sin que un algoritmo nos dicte cómo debemos hacerlo.


Información de este articulo está basada en el informe de AIForensics.org

Comentarios