Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina: Un Llamado a la Autonomía y la Aceptación Corporal

El 6 de febrero, el mundo reflexiona sobre una práctica que, aunque atroz, sigue afectando a millones de niñas y mujeres: la mutilación genital femenina (MGF). Esta fecha, proclamada por la Organización de las Naciones Unidas, es una oportunidad para reflexionar sobre cómo el control, la opresión y la desinformación han sido utilizados históricamente para subyugar a las mujeres y restringir su autonomía corporal.

La libertad del cuerpo es más que estar desnudos; es el derecho a decidir sobre él.

¿Qué es la mutilación genital femenina?

Según datos de UNFPA y Naciones Unidas, la MGF comprende procedimientos que alteran o lesionan los órganos genitales femeninos por razones no médicas. No aporta beneficios para la salud y, en cambio, provoca consecuencias físicas y psicológicas devastadoras. Más de 200 millones de mujeres y niñas en el mundo han sido víctimas de esta práctica, considerada una violación de los derechos humanos.

Comunidad Embera Chami

En Colombia, las comunidades indígenas Embera Chami han sido foco de intervenciones educativas para erradicar esta práctica, que se realiza bajo creencias culturales de "purificación" o "control sexual". Desde el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), se subraya la importancia de la educación y el respeto cultural para promover alternativas que respeten los derechos y la integridad de las niñas.

El machismo y el control sobre los cuerpos femeninos

La mutilación genital femenina es solo una de las muchas manifestaciones de cómo el patriarcado ha utilizado la cultura, la religión y las tradiciones para controlar los cuerpos de las mujeres. Desde las restricciones de vestimenta hasta las limitaciones para acceder a la educación o decidir sobre su sexualidad, el cuerpo femenino ha sido un territorio de disputa y poder.

Aunque la MGF se asocia principalmente con regiones de África, Medio Oriente y Asia, la opresión corporal trasciende fronteras. En países de América Latina, incluida Colombia, las mujeres enfrentan desafíos como la imposición de estándares de belleza irreales, el acoso y la violencia de género, que limitan su autonomía y su relación con sus cuerpos.

La importancia de la aceptación y educación corporal

Combatir prácticas como la MGF pasa no solo por leyes y sanciones, sino también por promover una aceptación y educación integral del cuerpo desde edades tempranas. La aceptación corporal implica reconocer que cada individuo tiene el derecho inalienable a decidir sobre su cuerpo sin imposiciones externas.


La educación integral sobre el cuerpo y la sexualidad no solo empodera a las personas, sino que también previene la perpetuación de mitos que justifican prácticas opresivas. Iniciativas globales y locales, como las desarrolladas por UNFPA en Colombia, demuestran que la clave está en escuchar a las comunidades, promover diálogos respetuosos y ofrecer alternativas que se alineen con los derechos humanos.


Reflexión desde el naturismo y el nudismo

Desde el naturismo, una filosofía que promueve la conexión armónica entre el ser humano y la naturaleza, se aboga por la aceptación plena del cuerpo como una forma de resistencia ante los prejuicios y opresiones. Practicar la aceptación corporal, ya sea en espacios naturistas o en la vida diaria, fomenta un mensaje poderoso: nuestros cuerpos son perfectos tal como son, libres de las imposiciones de un sistema que busca moldearlos a su conveniencia.

Un llamado a la acción

El Día Internacional de Tolerancia Cero con la MGF es un recordatorio de que el camino hacia la equidad y la autonomía corporal es largo, pero necesario. Las instituciones, las comunidades y los individuos tienen un rol crucial en esta lucha. Ya sea educando, creando conciencia o promoviendo espacios de reflexión, todos podemos contribuir a un mundo donde las mujeres y las niñas no sean juzgadas ni violentadas por sus cuerpos.

Invitamos a reflexionar sobre cómo nuestras acciones, palabras y creencias contribuyen a la aceptación y respeto de todos los cuerpos. El futuro que queremos empieza hoy, con pequeños pasos que hacen una gran diferencia.

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